domingo, 14 de abril de 2013

Esterotipias

Hoy iba por la calle paseando con el ñajo y me he dado cuenta de algo curioso; el ñajo cuando va “suelto” camina normal, si le doy la mano va de puntillas… Es una tontería pero es de esas situaciones donde te das cuenta que el ñajo tiene su mundo, sus manías…

Como cuando le apetecen galletas y a la que abres el cajón, empieza a girar de la emoción...
O cuando camina y hace viento, él aletea para sentirlo en sus manos...
O cuando algo le inquieta y se toca el pelo a modo de consuelo...
O cuando escucha música y se emociona y pisa fuerte con los pies para marcar el ritmo...
O cuando necesita relax y busca un pañuelo de seda para filar ...

El ñajo tiene muchas estereotipias, tantas que a menudo las obviamos porque no podemos procesarlas. Forman parte de él y de nuestra manera de comunicarnos, por como aletea, como camina, como balbucea o como se mueve sabemos si esta feliz, enfadado, emocionado o cansado... Son una parte importante del idioma que utilizamos para comunicarnos con él o mejor dicho, él con nosotros.

Y aunque al principio nos descolocaran, ahora ya sabemos como interpretar cada una de ellas y cuando surge una nueva, aunque parezca increíble,  solo nos lleva unos segundos ubicarla dentro de un sentimiento o emoción...
Al principio de todo, las estereotipias me preocupaban, me creaban angustia, creía que todo el mundo vería la diferencia, creía que seria palpable que mi ñajo no era como los demás niños.
Ahora casi las agradezco porque me permiten conocerlo, me permiten saber como actuar, me permiten darle lo que necesita y llegados a este punto: lo que opinen los demás, lo que piensen los demás, me la trae al pairo. 

Ahora forman parte de nuestra comunicación, una parte muy importante. Porque mientras no existan las palabras, hemos de apoyarnos en algo y sus estereotipias nos dan una idea de lo que siente, de lo que piensa, de como hemos de actuar... Nos enseñan el camino para recorrerlo juntos, ojala un día el ñajo hable,  ojala llegue el día en que podamos conversar hasta entonces las señales que nos deja nos guían y hace, en cierta manera, que nos sintamos menos inexpertos, menos solos, menos en "pañales"...

Tenemos un ñajo listo que nos muestra lo que quiere que veamos.

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