martes, 23 de abril de 2013

Creencias


Este fin de semana estuvimos en la feria por la tierra. El ñajo y la princesa pasaron un día estupendo y pudimos ver mil paradas de verdura ecológica  pan de verdad, ongs, medicinas alternativas, consumo responsable del agua y la electricidad, etc...

Por la noche en la cama, empece a darle vueltas al tema de las creencias.
Mi compañero de vuelo es la persona más científica y racional que he conocido, no cree en nada que la ciencia no haya demostrado y aun asi, necesita examinar todos los estudios hechos para convencerse de algo.
Yo he pasado por muchas fases a lo largo de mi vida, hoy en día soy atea y cada vez más cientifica aunque no necesito de estudios que me lo demuestren, algunas de mis creencias es simplemente porque me entran por los ojos (por ejemplo, la acupuntura que nunca he utilizado pero le otorgo una cierta credibilidad).

Pero me gustaría creer.
Me gustaría creer que si me hacen una sesión de reiki voy a estar más tranquila y relajada y voy a afrontar mejor el día a día.
Me gustaría creer que si elimino de la dieta del ñajo el gluten y la caseina, va a mejorar de manera espectacular.
Me gustaría creer que por tener ciertas piedras en casa mi salud, dinero y trabajo serán mejores.
Me gustaría creer que las vacunas son las responsables de todo para empezar una cruzada y tener a quien culpar.
Me gustaría creer que si les doy unas determinadas bolitas a los peques, no enfermaran tanto.
Me gustaría creer en un ser superior para darle mis quejas, para pensar que me da lo que puedo manejar, para rezar cada noche y para que mi destino sea algo predecible según sus designios o al menos, aceptarlo de una manera más serena.

Pero no creo, no creo en nada que no sea tangible. Y eso hace la vida más dura, con más aristas... Te hace estar más solo, con menos esperanzas. Solo puedes confiar en el aquí, el ahora, el trabajo diario, el esfuerzo propio, sin recetas mágicas, sin consuelo espiritual...

Desde lo del ñajo le doy muchas vueltas a esto y sigo sin creer, no puedo autoengañarme ni sugestionarme para empezar a tener una fe que no conozco, que no siento. Sé que el futuro será el que será y que pondremos todo nuestro empeño para mejorarlo tanto como podamos, quizá un día miremos atrás y nos sorprendamos de todo lo que hemos conseguido (o no) y sé que será fruto de nosotros, de nuestras posibilidades, de nuestro empecinamiento o nuestra desidia, de lo que hayamos luchado o de las batallas que demos por perdidas...
Aun así, hay días en los que me gustaría creer.


domingo, 14 de abril de 2013

Esterotipias

Hoy iba por la calle paseando con el ñajo y me he dado cuenta de algo curioso; el ñajo cuando va “suelto” camina normal, si le doy la mano va de puntillas… Es una tontería pero es de esas situaciones donde te das cuenta que el ñajo tiene su mundo, sus manías…

Como cuando le apetecen galletas y a la que abres el cajón, empieza a girar de la emoción...
O cuando camina y hace viento, él aletea para sentirlo en sus manos...
O cuando algo le inquieta y se toca el pelo a modo de consuelo...
O cuando escucha música y se emociona y pisa fuerte con los pies para marcar el ritmo...
O cuando necesita relax y busca un pañuelo de seda para filar ...

El ñajo tiene muchas estereotipias, tantas que a menudo las obviamos porque no podemos procesarlas. Forman parte de él y de nuestra manera de comunicarnos, por como aletea, como camina, como balbucea o como se mueve sabemos si esta feliz, enfadado, emocionado o cansado... Son una parte importante del idioma que utilizamos para comunicarnos con él o mejor dicho, él con nosotros.

Y aunque al principio nos descolocaran, ahora ya sabemos como interpretar cada una de ellas y cuando surge una nueva, aunque parezca increíble,  solo nos lleva unos segundos ubicarla dentro de un sentimiento o emoción...
Al principio de todo, las estereotipias me preocupaban, me creaban angustia, creía que todo el mundo vería la diferencia, creía que seria palpable que mi ñajo no era como los demás niños.
Ahora casi las agradezco porque me permiten conocerlo, me permiten saber como actuar, me permiten darle lo que necesita y llegados a este punto: lo que opinen los demás, lo que piensen los demás, me la trae al pairo. 

Ahora forman parte de nuestra comunicación, una parte muy importante. Porque mientras no existan las palabras, hemos de apoyarnos en algo y sus estereotipias nos dan una idea de lo que siente, de lo que piensa, de como hemos de actuar... Nos enseñan el camino para recorrerlo juntos, ojala un día el ñajo hable,  ojala llegue el día en que podamos conversar hasta entonces las señales que nos deja nos guían y hace, en cierta manera, que nos sintamos menos inexpertos, menos solos, menos en "pañales"...

Tenemos un ñajo listo que nos muestra lo que quiere que veamos.

jueves, 11 de abril de 2013

Primavera

Hace días que no escribo, la primavera ataca con fuerza como cada año y ando de medio bajón y tristona por los rincones.

El ñajo hace progresos increíbles  pero es como si nos hubiéramos acostumbrado a los super progresos, y no les das tanta importancia o puede, que como ando con la astenia primaveral al 100%, no pueda celebrarlos como se merecen.
Esta mañana le pregunte donde tenia la nariz y se la señalo; su padre esta haciendo un intensivo de pies, manos, nariz, boca, barriga y parece que empieza a dar sus frutos. Mentiría si digo que no me he emocionado como una niña con una piruleta, ha sido fantástico ver que trabajar/estimular/trabajar merece la pena y que cada segundo que dedicas, tiene su consecuencia, aunque no sea inmediata, aunque a ojos de extraños parezcan nimiedades.

Pero estoy cansada, cansada de la lucha diaria, cansada de que todo sean montañas, cansada de enfrentarme a la vida... Haga lo que haga siempre tengo el rumrum de que podría haber hecho más, con el ñajo, con la princesa, en casa, con el ampa, etc... Tengo la constante sensación de tener que llegar a todo, intentarlo y quedarme a mitad de camino; de que todo siempre queda a medias, medio hecho o deshecho, de no ser suficiente y que las consecuencias las acaban pagando los dos terroristas que tengo por hijos.

La primavera ataca con fuerza, sé que la astenia pasará, sé que volveré a sentirme con fuerzas aunque en estos momentos todo lo vea negro, negrisimo sin tener motivos para ello.